El descubrimiento de la Dama de Elche

El descubrimiento de la Dama de Elche Jose Antonio Castellanos 4 de agosto de 2022
El descubrimiento de la Dama de Elche
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La Dama de Elche vio de nuevo la luz el 4 de agosto de 1897, hace justo 125 años, tras al menos un par de milenios enterrada. Hay muchas leyendas que rodean el descubrimiento y excavación de esta figura ibera, tallada en piedra caliza, de 65 kilos de peso y 56 cm de alto, pero lo que es seguro es que el hallazgo fue casual.

Ya fuera el joven Manuel Campello o Antonio Maciá quien descubriera la figura, el caso es que avisaron al dueño de la finca, Manuel Campello (padre, doctor en medicina). Éste la llevó a su casa y la expuso de manera que la vieran los vecinos. 

Pedro Ibarra Ruiz, un arqueólogo e historiador local (y hermano del suegro de Campello), fue el primero en examinarla y fotografiarla, preparando un documento descriptivo el 14 de agosto. Dicho documento, donde define a la Dama como un posible dios Apolo de origen grecorromano, llegó a manos del Museo Arqueológico Nacional y a la Real Academia de la Historia. Ibarra ignoraba la presencia ibera en Elche y por ello apuntó al origen conocido de la ciudad. Por su parte, Campello decía que era una princesa o una reina mora. Con la habitual desidia, la contestación de los estudiosos a Ibarra llegó el 4 de octubre diciendo que lo iban a examinar. Pero ya sería tarde.

Una de las primeras fotos de la Dama de Elche
Pierre Paris y el Louvre

Pedro Ibarra invitó al arqueólogo francés Pierre Paris a pasar las fiestas de agosto en Elche. Pierre, tras contemplar la obra, mandó una fotografía al Museo del Louvre, en París. El hispanista Pierre Paris presionó entonces para su adquisición para el Museo, donde permaneció casi medio siglo. El Museo francés desembolsó 4.000 francos por la escultura de la “reina mora”, como la conocían en esos momentos. Al cambio serían unas 5.200 pesetas (imaginemos que en billetes de Goya, los de Cabarrús no se habían puesto aún en circulación). Lo que costaba un buen piano de cola en la época. O unos cuatro años de trabajo de un obrero. O unos ocho meses del salario del grabador Bartolomé Maura (sí, no ganaban poco, aunque en otros países muchísimo más, donde los grabadores eran superestrellas). 

¿Y por qué la vendió el doctor Campello? Pues porque el Museo Arqueológico no le había pagado todavía nada por la colección de antigüedades que su suegro, Aureliano Ibarra, le había legado y que estaba tasada en 7.500 pesetas.

El Louvre tampoco tenía claro el origen de la escultura y la instaló en el departamento de antigüedades orientales, bajo un simple cartel que rezaba “estilo greco-fenicio de España”. El orientalismo está de moda en el siglo XIX y la Dama de Elche no deja indiferente a nadie. Todos acuden al Louvre a admirar el misterioso busto.

Pierre Paris
El retorno de la Dama

Pasó el tiempo y alguien se dio cuenta de que la tradición valenciana guardaba alguna semblanza con la de la Dama. Vamos, que el peinado habitual de las falleras con dos rodetes a los lados tenía total similitud con lo que mostraba la Dama de Elche. Ya desde 1935 se establecieron negociaciones entre España y Francia para la devolución de la estatua, pero se vieron interrumpidas por la Guerra Civil.

En 1940 se reanudaron las conversaciones, llegándose a un acuerdo en junio de 1941 con el régimen de Vichy para retornar la Dama de Elche. El intercambio contempló el envío a Francia de una copia del retrato de Mariana de Austria de Velázquez, una pintura de El Greco y de la tienda de campaña de Francisco I en Pavía a cambio de la Dama de Elche, la Inmaculada de Murillo y las coronas visigodas de Guarrazar. Finalmente se entregaron las dos pinturas, un tapiz realizado sobre cartones de Goya y 19 dibujos de Antonio Carón. Pero no la tienda de Francisco I. El Louvre rompió relaciones con España hasta 1965.

La Dama se depositó primeramente en el Museo del Prado, el 27 de junio de 1941. En 1965 estuvo brevemente en Elche en una exposición temporal. Y en 1971 pasó a su lugar definitivo (por ahora), el Museo Arqueológico Nacional (MAN), en Madrid. En 2006 la Dama de Elche estuvo de vacaciones seis meses su ciudad natal por la inauguración del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE).

El regreso de la Dama de Elche en 1941
La imagen de la Dama de Elche en billetes

La Dama de Elche fue convertida en un icono que se usó en billetes. Tenida como un símbolo nacional fue usada tanto por el Bando Republicano durante la Guerra Civil como por la posterior Dictadura Franquista. El billete de 100 pesetas fechado el 11 de marzo de 1938 en Barcelona es, sin duda, uno de los más míticos de la notafilia española, fundamentalmente por la parte legendaria de su fabricación y destrucción, en tanto que apenas se conservan ejemplares numerados y algunas muestras y que nunca circuló.

100 pesetas 1938, anverso

Tampoco hay que olvidar que la FNMT propuso también en 1938, durante la Guerra Civil, la imagen de la Dama de Elche en una propuesta para el certificado provisional de moneda divisionaria de 1 peseta. Finalmente se usó la imagen de la Victoria de Samotracia (también casualmente en el Louvre), aunque el reverso de la Cibeles sí permaneció, fechándose el billete en 1937.

El billetito de 1 peseta de 1948, en cambio, sí que pasó por nuestros bolsillos. Una pequeña peseta con un sencillo diseño, que presenta la peculiaridad de ser la única emisión española con la letra Ñ en el número de serie. ¿Motivo? Pues ni idea, pero es posible que el retorno de la Dama llevara a una emisión sutilmente propagandística y que la Ñ fuera otro guiño más a la españolidad del busto.

1 peseta 1948, anverso

Bibliografía:

  • Enciclopedia de la Notafilia y Escripofilia Española, Volumen 1, Tomo II
  • Wikipedia
  • LE PETIT JOURNAL – L’incroyable destin de la Dame d’Elche [18 de febrero de 2021]
  • EL ESPAÑOL – La odisea de la Dama de Elche: vendida al Louvre por 5.200 pesetas y la argucia de Franco para rescatarla [28 de febrero de 2021]