Los palos como dinero

Los palos como dinero Jose Antonio Castellanos 9 de julio de 2024
Los palos como dinero
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El fin de la esclavitud

¿Qué tienen que ver los palos con la esclavitud y el dinero?, os preguntaréis.

El siglo XIX siempre me ha resultado de enorme interés por la gran cantidad de cambios que se produjeron. Fue un momento de transición desde el Antiguo Régimen hasta un mundo reconociblemente moderno de principios del siglo XX. En Venezuela, el presidente de la República, José Gregorio Monagas, firmó el 24 de marzo de 1854 la abolición definitiva de la esclavitud en el país. Ya en 1820, Simón Bolívar había decretado su abolición progresiva, prohibiendo el comercio de esclavos y forzando la liberación de 20 esclavos anuales. Este no fue un gesto abiertamente humanitario, sino que Bolívar buscaba añadir fuerzas en la guerra por la independencia contra España.

Como apunte, en España la esclavitud indígena no podía existir por las Leyes de Burgos de 1512, aunque la realidad fue que las gestiones inglesas y portuguesas en este tema se contagiaron al territorio español de Ultramar. Formalmente se abolió en 1837 en la Península, en 1873 en Puerto Rico y en 1886 en Cuba. Y de hecho hay documentación muy interesante sobre este periodo en forma de deuda pública.

Así imagino estos palitos-dinero
El pago a los esclavos libertos

Bueno, el caso es que en algún momento indeterminado de esa época, a mediados del siglo XIX (no he sido capaz de averiguar ningún detalle), los esclavos liberados no tenían todavía total aceptación por parte de sus antiguos dueños. Mientras trabajaban en las mismas haciendas, en lugar de pagarles con monedas de plata decidieron hacerlo mediante un sustitutivo: unos palitos, sellados de alguna manera con la marca del patrón. Esos palos podían ser canjeados en comercios propios del dueño por productos e incluso algunos bares.

¿Cómo serían esos palos? Pues yo, por lo menos, no he podido encontrar mayor descripción que esa. Presupongo que serían una tablitas de madera más o menos sencillas con alguna estampación en forma de sello.

 

Expresiones venezolanas

En todo caso, de este origen proviene una expresión típicamente venezolana como es “echarse unos/los palos” o “caerse a palos”, viniendo a significar que se habían gastado todo el dinero en bebida. Habiendo despilfarrado todos los palos en licor, lo explicaban como “me eché los palos”. “Caerse a palos” vendría a relacionarse con lo mismo, llegando a emborracharse tanto como para caerse.

“Póngame un palito de ron, caballero”.